Un sistema de BMS o de gestión de edificios permite la automatización y el control centralizado de los inmuebles para convertirlos en verdaderos “edificios inteligentes”
Los Building Management Systems (BMS), o sistemas de gestión de edificios, cada vez son más usados en todo tipo de inmuebles públicos y privados. Su función es mejorar la gestión y control, avanzando hacia el concepto de “edificio inteligente”.
¿Cómo funciona un sistema de BMS?
Estos sistemas han ganado popularidad tanto en edificios públicos (hospitales, universidades, aeropuertos, etc.) como en edificios privados (oficinas, fábricas, hoteles, infraestructuras, etc.). También conocidos como sistema de automatización de edificios, los BMS son sistemas informáticos que controlan y automatizan los elementos mecánicos, eléctricos y tecnológicos de los inmuebles, como la climatización, la iluminación la megafonía, los suministros, los ascensores, los sistemas de vigilancia y contra incendios, etc.
Básicamente, un sistema de BMS está formado por dos elementos:
Hardware: por ejemplo, sensores, centrales de gestión, consolas de control, etc.
Software: programas informáticos que usan protocolos como C-Bus, Dali, Modbus, etc.
¿Qué ventajas ofrece un sistema de BMS?
Sea cual sea la solución elegida, un sistema de BMS ofrece diferentes ventajas:
- Permite el control y supervisión centralizados de todos los elementos del edificio.
- Facilita la rápida detección de las incidencias para un mantenimiento preventivo.
- La automatización de las tareas de supervisión aumenta la productividad del personal.
- Proporciona información detallada del consumo que fomenta la eficiencia energética.
- La mejora de la gestión incrementa el confort y seguridad de los usuarios del edificio.
Aparte de eso, lo más interesante de un sistema de BMS es que abre el camino hacia los llamados “edificios inteligentes”. La combinación de las soluciones de BMS con nuevas tecnologías como el Big Data, el aprendizaje automático o la inteligencia artificial permiten que un edificio no solo sea más fácil de mantener, sino que pueda llegar a autogestionarse de acuerdo con los parámetros definidos por sus responsables, y alertándolos solamente cuando haya una incidencia o se deba tomar una decisión importante sobre la gestión del inmueble.