Un sistema de supresión húmeda es un conjunto de equipos que permiten, prevenir, detectar y atacar un incendio antes de que este pasa a una etapa más avanzada donde este ya no pueda ser controlado.
¿Cómo funciona un sistema de supresión Húmeda?
En el país existen dos tipos principales de sistemas de supresión húmeda, aquellos que son de activación manual y los que funcionan mediante activación automática.
- Los sistemas de activación manual generalmente están compuestos por gabinetes de mangueras para el uso tanto de las brigadas internas de una empresa, como para el personal de bomberos que acuda en caso de una emergencia.
- Los sistemas automáticos por su parte se componen principalmente de rociadores automáticos que cubren la totalidad del área de un edificio, estos se activan por medio del calor que es generado por el incendio, liberando agua a presión que actúa sobre la fuente de calor y evita que se extienda.
¿Qué partes componen un sistema de supresión Húmeda?
- Tanque de almacenamiento de agua: Este contiene la reserva de agua exclusiva para el sistema de supresión húmeda y que será utilizada para controlar y apagar un incendio en caso de una emergencia:
- Bomba principal: Es la encargada de impulsar el agua desde el tanque de almacenamiento, a través de las tuberías y hasta los dispositivos de control de incendios:
Red de distribución: Consiste en la tubería que distribuye el agua del sistema desde la bomba principal hasta los diferentes puntos del edificio donde se encuentran los dispositivos de control de incendios:
- Dispositivos de control de incendios: Está compuesto por gabinetes de mangueras en el caso de los sistemas de activación manual, y por rociadores automáticos en el caso de los sistemas de activación automática:
¿Objetivo de los sistemas de supresión Húmeda?
Los sistemas de supresión húmeda se basan en tres objetivos principales en los cuales se basa su funcionamiento, el primero es salvar las vidas de los ocupantes del edificio donde se encuentre el sistema, el segundo es salvar bienes y por último garantizar la continuidad del negocio. Todo lo anterior basado en el hecho de que un edificio equipado con u n sistema contra incendios tiene la capacidad de atender más rápido una emergencia, reduciendo la posibilidad de personas afectadas, reduciendo la posible área afectada por un incendio y por tanto garantizando que el establecimiento pueda volver a su operación normal mucho más rápido después de ocurrida una emergencia.